viernes, 2 de octubre de 2015

LA INTELIGENCIA DE LOS CENTROS

LA INTELIGENCIA DE LOS CENTROS

Esta noche les expondré algunas notas que he redactado sobre la inte­ligencia de los centros.

Algunos de ustedes recordarán lo que se dijo hace mucho sobre EL TRABAJO EQUIVOCADO DE LOS CENTROS en el Hombre.

Interfieren uno con otro,  emplean energías equivocadas, se ocupan de cosas equivocadas, etc.

El primer paso que hay que dar es observar los centros.

Esto es de hecho la primera cosa enseñada en la observación de sí.

Es preciso conocer en qué centro se está o qué centro está interfi­riendo, etc.

Esto ha de realizarse eventualmente como una tarea necesaria.

Es menester estudiar y clasificar y poner orden en la vida interior.

Todos relacionamos la inteligencia con la estimativa del significado.

La inteligencia se relaciona con el significado.

Conduce el significado.

Un sen­timiento tiene significado.

Un pensamiento tiene significado.

Una sensación tiene significado.

Un movimiento tiene significado.

Todos estos significados son diferentes.

Deseo que consideren esto: ¿acaso la inteligencia y el significado no están relacionados entre sí?

¿Y la inteligencia no implica una relación con algo a través del significado?

No veo muy bien cómo se puede ser inteligente en relación con nada o con lo que carece de significado.

Cada centro nos pone en relación de un modo diferente, a través de su función particular, con los mundos exterior e interior.

Respecto a lo que nos rela­ciona con el mundo exterior, la función del Centro Intelectual como pensa­miento, la del Centro Emocional como sentimiento, la del Centro Instintivo como sensación y la del Centro Motor como movimiento, son todas funciones por completo diferentes.

Son cuatro clases de inteligencia o CONDUCTORAS de significado.

Se ve una serpiente, se siente una serpiente, se piensa en una serpiente y se escapa a una serpiente.

Esto es sensación, emoción, pensa­miento y movimiento.

Esto son cuatro significados: cuatro inteligencias que trabajan conjuntamente.

¿Es posible imaginar la formación en nosotros de un centro carente de inteligencia?

Sería una extraña noción.

No estaría subordinada a propósito alguno.

Empero en nosotros hay centros, plenamente desarrollados, a los que no conocemos porque nuestro nivel de inteligencia es demasiado bajo para comprender la de ellos.

Cabe decir que en este caso no sirven a ningún propósito.

Esto sería cierto salvo por el hecho de que el Hombre fue creado como un ORGANISMO CAPAZ DE AUTO-DESARROLLO y cuyo crecimiento depende de que SE PONGA EN CONTACTO con las influencias que descienden por el Rayo de la Creación (dentro de él mismo) y se SEPARE de todas las formas de pensamiento y sentimiento que lo mantienen en su actual nivel.

Para que llegue a ser consciente en la inteligencia, digamos, del Centro Mental Superior, tendrían que penetrar en él formas de discernimiento, conocimiento y comprensión que son absolutamente extraordinarias y completamente contradictorias a lo que experimentamos comúnmente.

Ante todo es preciso preparar y desarrollar los centros inferiores, el intelectual, emocional y el motor-instintivo-sexual, durante mucho tiempo.

Por ejemplo, debemos aprender a pensar de un modo nuevo y a apartarnos de ciertas clases de emociones.

Conocen la observación que se hace en el Nuevo Testamento sobre la "sabiduría de este mundo que es insensatez para con Dios" (I Co. III 19), y que "el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura" (I Co. II 14).

Una inteligencia superior no es comprensible a una inteligencia inferior.

Lo superior puede comprender a lo inferior pero lo inferior no puede comprender a lo superior.

El Centro Mental Superior está en el nivel de la Inteligencia Divina del Sol y Trabaja con el Hidrógeno 6.

Reflexionen un momento sobre la Tabla de Hidrógenos.

¿Es más "inteligente" un Hidrógeno superior que uno inferior?

O, para enunciarlo diferentemente, una función como el pensamiento ¿trabaja mejor con un Hidrógeno inferior o con un Hidrógeno superior?

Trabajará mejor con un Hidrógeno superior —si puede resistirlo.

Además, si tomamos los Hidrógenos psíquicos, de los cuales el más bajo es 48, ¿creen que un centro que trabaja con este Hidrógeno será tan inteligente como aquel que trabaja con el Hidrógeno 24, mucho más fino, sutil y rápido?

Por cierto no.

Son Hidrógenos intermedios.

Haremos bien en ATRAER LOS MEJORES HIDRÓGENOS por medio de la no identificación, tratando de no extraviarnos y de no basar nuestra inteligencia únicamente sobre lo que nos muestran los sentidos.

Ser inteligente en sentido amplio consiste en buscar las influencias C.

Ser inteligente es comprender nuestra posición en esta tierra.

Ser inteligente es buscar la transformación del significado de la vida cotidiana en nosotros.

Todo esto nos lleva a un significado más elevado, acrecienta los mejores Hidrógenos en nosotros.

Ello tiene que ver con los diferentes aspectos del Recuerdo de Sí.

Todos tenemos centros dotados de inteligencia, pero cuando un hombre posee el Centro Magnético es más inteligente que aquél que no lo tiene.

Está en un diferente nivel de ser.

No le sorprenderá descubrir la existencia de las influencias C y que la vida no lleva a ningún lado.

Será mucho más inteligente que los estudiosos y los profesores.

Esto es lo que significa la inteligencia en el Trabajo —la posición de una cosa en la Escala de Ser, y las influencias a las cuales está sujeta en el Rayo.

Abordemos ahora la cuestión que se planteó recientemente.

La cuestión era: Se dice en el Trabajo que cada Centro tiene su propia inteligencia.

¿Qué significa ello en resumidas cuentas?

Cuando en este sistema se dice que cada centro tiene su propia inteligencia  no significa ello que cada centro tenga la misma clase de inteligencia.

El Trabajo enseña que los 3 centros son 3 mentes diferentes y a este respecto dice que estas 3 mentes diferentes han de cooperar y ayudarse recíprocamente.

Han de ser como 3 hermanos que viven en armonía, cada cual capaz de desempeñarse bien en una tarea, y cada uno capaz de ayudar a los otros hasta cierto punto.

Empezaremos tomando cada centro como un todo: el Intelectual, el Emocional, el Instintivo y el Motor.

Ante todo es preciso establecer para sí que esos centros tienen mentes muy diferentes.

La mente del Centro Intelectual es muy diferente de la mente del Centro Instintivo, por ejemplo.

El Centro Instintivo es extraordinariamente hábil.

Se ocupa del trabajo interior del organismo en todo su millón y un detalles, digiriendo el alimento, sanando las heridas, vigilando la temperatura, regulando la respiración y los latidos del corazón, y haciendo que la secreción interna de la glándulas trabaje armónicamente, reemplazando, rechazando, modificando, incrementando esto o aquello.

Todo este trabajo de regulación está más allá de la mente del Centro Intelectual.

La capacidad de pensar simultáneamente en todo no es una característica del Centro Intelectual.

La mente del Centro Intelectual piensa en una sola cosa a la vez y en el mejor de los casos en dos cosas, pero le es casi imposible pensar en tres cosas al mismo tiempo.

Además la mente del Centro Intelectual es muy diferente de la mente del Centro Emocional.

La gente suele decir que las emociones no son lógicas.

Sin embargo las emociones tienen su propia lógica y es cometer un error pensar que la lógica del Centro Intelectual es la única lógica posible.

Sentir una situación es una cosa muy diferente de pensar sobre ellas.

El Centro Emocional puede sentir, por ejemplo, el estado interior de la otra gente, que está oculto a la mente del Centro Intelectual.

Las emociones pueden ha­cernos conocer a los otros.

La mente del Centro Emocional hasta llega a ser clarividente.

Asimismo el Centro Motor tiene una mente que difiere de cualquiera de las otras.

Emite constantemente juicios de la clase más complicada que el Centro Intelectual está en la imposibilidad de hacer.

Es capaz de juzgar con exactitud de qué manera y con qué fuerza se ha de arrojar una piedra a un objeto distante.

Este es un cálculo inteligente.

Se puede sentir dicho cálculo como si corriese por nuestros músculos.

El cálculo intelectual es de una clase muy diferente y emplea los elementos del pensamiento intelectual, tales como palabras y cifras.

La inteligencia del Centro Motor, empero, no utiliza ni palabras ni números aun cuando sea capaz de calcular con la más exquisita precisión una complicada serie de movimientos que deben producir un resultado definido.

Maurice Nicoll


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