lunes, 21 de diciembre de 2015

LAS PARTES DE CADA CENTRO

LAS PARTES DE CADA CENTRO

P. ¿La parte intelectual de cada centro separado es la mejor parte, y la que hay que tratar de mantener como si estuviese contra las partes emocional y mecánica de cada centro?

R. Todas las partes son igualmente necesarias, pero cada parte debe realizar su propio trabajo.

Las partes no están equivocadas en sí mismas, cada una de ellas tiene su propia función, pero si se reemplazan una a otra, su trabajo se torna equivocado.

Vea, la idea de que no usamos todo nuestro cerebro sino sólo parte de él no es nueva, pero los sistemas psicológicos no explican qué no usamos, porque las partes de los centros no están en el mismo nivel: son máquinas realmente diferentes.

Este sistema da una anatomía real de nuestro cerebro y generalmente de toda nuestra mentalidad.

De modo que este es un punto muy importante y si uno empieza a observarse desde el punto de vista de la atención, puede estudiar los diferentes valores de los propios procesos mentales.

Esta es la clave de estas máquinas.

Ouspensky


domingo, 20 de diciembre de 2015

EL CONTROL DE LAS PARTES INTERNAS DE LOS CENTROS

EL CONTROL DE LAS PARTES INTERNAS DE LOS CENTROS

P. ¿La suma de las partes intelectuales de los diferentes centros constituye el centro intelectual, o están separadas?

R. No, todas pueden trabajar separadamente, pero, con seguridad, si uno pudiera controlar las partes intelectuales de todos los centros y hacerlas trabajar juntas, ese sería el camino hacia los centros superiores.

Las partes intelectuales no constituyen un centro por sí mismas, sino que su trabajo combinado producirá mejor trabajo que el que puedan hacer separadamente.

Ouspensky


lunes, 5 de octubre de 2015

EL LABORATORIO INTERMEDIO

EL LABORATORIO INTERMEDIO
Por: Maurice Nicoll

Porque este Trabajo no consiste en salirse con la suya en cualquiera de los centros, se vuelve repugnante al “amor de si” y crea dificultades a todos.

Las dificultades suelen aparecer al principio o pueden surgir más tarde.

Ya que las divisiones mecánicas de todos los centros resienten el trabajo, el hombre mecánico, compuesto de las diversas conexiones habituales dentro y entre esas partes de los centros, lucha para mantener su existencia y así impedir la formación del hombre nuevo que va a reemplazarlo.

Para expresar esta situación más correctamente, cabe decir que muchos "yo" en los diferentes centros cuyo poder esta amenazado resienten el trabajo y así crean dificultades mediante objeciones, argumentaciones o una franca negativa.

Ahora bien, un hombre, por su vida, puede tener muchos "yo" mundanos, fuertes, egoístas y resistentes que quieren imponerse, y así los "yo" que desean el trabajo tienen pocas posibilidades de formar un grupo y volverse más fuertes.

Esto significa sencillamente que el hombre mecánico asesinará cualquier manifestación del hombre nuevo.

Otros, un poco mejor situados psicológicamente, por haber dudado de la vida y reflexionado con asombro a veces sobre su significado, suelen aceptar al principio el trabajo hasta cierto punto, de modo que una diminuta cosa viviente empieza a manifestarse en ellos.

Este es el comienzo de una nueva manera de pensar y sentir.

Entonces surgen las dificultades.

Pueden suceder tres cosas.

La diminuta cosa viviente, que es el comienzo del hombre nuevo, se marchita porque carece de profundidad o de suelo; o el hombre mecánico lo mata por violencia como Heredes mató a los niños recién nacidos, en la esperanza de destruir a Cristo; o, tercero, el hombre revaloriza el trabajo y empieza otra vez.

Ahora bien, hablemos de los tres laboratorios que están en el hombre y, en particular del laboratorio intermedio, donde el asesino puede entrar y destruir a menos de ser vigilado.

Elige, como un ladrón, el momento en que el hombre no está despierto.

No me refiero aquí el sueño literal.

Sabemos, gracias al diagrama de los tres alimentos del hombre y su transformación, que hay tres laboratorios de transformación en nosotros.

Estos transforman las materias groseras en materias más sutiles.

Debemos entender que si comen un bistec este no puede pasar, digamos, al cerebro, tal como es.

Tiene que ser transformado en materias más sutiles.

Ahora bien, por regla general, solo se habla del laboratorio intermedio.

Esto se debe a que es aquel más sujeto a ser dañado.

Pero todos pueden ser dañados.

La primera transformación del alimento, simbolizada por la cifra 768 que es cambiada en 384, se lleva a cabo en el laboratorio interior o más bajo.

La cifra 768 denota todas las sustancias que el estomago y los intestinos del hombre pueden digerir.

Cabe recordar aquí que la tabla de hidrógenos es una tabla de usos.

Las cosas están clasificadas y ordenadas en escala vertical según su uso.

Por ejemplo, cualquier cosa que pueda ser usada por esa forma de alimento que el hombre digiere en su estomago e intestinos es denominada 768.

De este modo, sustancias de la más diversa clase son llevadas a una relación, que a primera vista parece asombrosa, mediante este método esotérico de clasificarlas por su uso.

Cabe agregar aquí que nosotros somos también clasificados de la misma manera. (Así habría que preguntarse: "¿Para qué sirvo yo?")

Pues bien, si algo anda mal en el primer laboratorio —y ocupémonos solo de esa parte llamada estomago— como, por ejemplo, un alimento equivocado, demasiado alimento, exceso o escasez de acido clorhídrico, fermentos débiles o faltantes, enfriamiento o un centenar de otros factores —entonces se produce una interferencia en la transformación de 768 en 384—.

Toda la octava de alimento que empieza desde el pasivo Do-768 y procede mecánicamente por sucesivas transformaciones hasta Si-12 se vera hasta cierto punto afectada.

Pero a este respecto nos dicen que podemos acostumbrarnos a comer mucho menos alimento y que tenemos un apetito artificial y que sentir hambre es en gran parte una cuestión de hábito, lo cual no refleja las verdaderas necesidades del centro instintivo.

Cuando se practica una dieta de hambre, la disminución de este apetito artificial al segundo día se experimenta claramente.

No hablaré más aquí de los trastornos que se producen en el laboratorio inferior, excepto para decir que tanto en la primera fase de la digestión en el estomago acido y tal vez más en estos días en la segunda fase de la digestión llevada a cabo en el duodeno en un medio alcalino, las persistentes emociones de ansiedad y temor, tan características en el hombre moderno, pueden hacer que los jugos digestivos digieran las paredes vivientes que los contienen, y hasta provocar una perforación.

En otras palabras, presas de esas emociones negativas, el hombre comienza a comerse a si mismo.

Nos referiremos ahora al laboratorio intermedio, que es nuestra principal preocupación.

El trabajo que se lleva a cabo ahí es de clase más sutil.

Las materias tratadas en ese laboratorio pertenecen a un orden mucho más fino y más elevado, y así son capaces de mayores usos y mayores abusos.

Este laboratorio intermedio, al cual suponemos, mediante una burda analogía, lleno de los más delicados e intrincados aparatos químicos y eléctricos, exige, por así decir, una temperatura constante, falta completa de humedad, y ausencia de ruidos y vibraciones, para poder llevar a cabo su trabajo.

Cabe observar que recibe sustancias del laboratorio inferior para una nueva transformación y también recibe sustancias para una nueva transformación del laboratorio superior.

Por lo tanto tiene que realizar tareas muy complicadas que son de la mayor importancia para la octava de alimento.

Asimismo, el alimento atmosférico 192 llamado aire entra aquí y es transformado en 96, pasando al laboratorio superior.

Por estar situado en el segundo piso de la casa de tres pisos del hombre, esta íntimamente conectado con el centro emocional, que esta ubicado allí.

Por consiguiente la calidad del trabajo de transformación en el segundo laboratorio dependerá del estado del centro emocional.

Si el estado del centro emocional es bueno, el laboratorio intermedio trabajará bien.

La cosa más dañosa que puede sucedernos es una crisis de violencia.

La violencia actúa como una explosión.

En casos extremos puede llegar a ser tan intensa que daña el laboratorio intermedio permanentemente.

Debido a sus repercusiones en el laboratorio superior puede afectar la razón.

Ahora bien, nos enseñaron que todas las emociones negativas tienen su base en la violencia y llevan a la violencia.

Asimismo sabemos que la violencia sólo engendra la violencia.

Nada se arregla por la violencia —como puede atestiguarlo el mundo—.

Cabe señalar muchas otras cosas, que se pueden observar en uno mismo, respecto de la violencia.

Es preciso, ante todo, llegar a ser consciente de la propia violencia.

Solemos tener crisis menores de violencia.

Es menester circunscribirlas si queremos impedir que toda vida nueva sea asesinada por la violencia.

Todos tenemos que trabajar sobre nuestra violencia porque todos la padecemos aunque muchos lo niegan.

Esos ataques menores de violencia surgen al permitir que las cosas lleguen hasta el punto de "encender nuestra sangre".

De esto se logra "mala sangre" del uno contra el otro.

Es debido al identificarse.

Trate de observar en usted mismo lo que lo enfurece en otra persona hasta tal punto que usted se identifica por completo con esa persona y no puede aguantarla.

Este observar la misma cosa en uno mismo cancela la violencia así como más uno y menos uno se anulan.

Este es el verdadero significado de la palabra griega traducida por "perdonar" —tal como "perdonaos los unos a los otros"—.

No hay señales de "perdonar" en cancelar.

No tiene ningún seudo significado.

Todo queda cancelado como si pasara una chispa eléctrica entre dos cuerpos con cargas opuestas.

Cuanto más engreída es una persona menos podrá "perdonar" viendo la misma cosa en ella misma que la hará más proclive a la violencia, porque el engreimiento impide la auto-observación.

Ella será su propio castigo como lo somos todos.

Ahora bien, un ataque de violencia siempre trastorna la salud.

Es un choque equivocado en un mal lugar.

El choque obra muchas veces varios días después provocando una enfermedad o molestias físicas.

Trastorna el trabajo del laboratorio intermedio, impidiendo, entre otras cosas, la formación de la materia simbolizada por la cifra 96 —cuyo uso tiene que ver con el equilibrio y la protección de lo que llamaré almohadilla de salud entre la vida psíquica y la física.

La disminución de esta materia sutil reduce la resistencia física, mientras que el identificarse reduce la resistencia psicológica.

Ambos estados permiten que las cosas que habría que dejar fuera puedan penetrar.

Las consecuencias son psicosomáticas.

Ahora bien, es preciso recordar que la violencia surge del identificarse.

Si pudiéramos recordarnos a nosotros mismos —esto es, sacar a voluntad nuestra conciencia de las cosas-vida— no nos identificaríamos y así no seriamos violentos.

Maurice Nicoll




domingo, 4 de octubre de 2015

LA CONJUNCION DE LAS DIVISIONES EXTERIORES E INTERIORES DE LOS CENTROS

LA CONJUNCION DE LAS DIVISIONES EXTERIORES E INTERIORES DE LOS CENTROS

En el comentario previo que versaba sobre las tres divisiones de un centro —a saber, las divisiones exterior, media e interior— se mencionaron algunos usos de la división media.

Recapitularé brevemente lo que se dijo.

La división media razona y puede razonar en dos direcciones.

En una dirección puede razonar acerca de la vida tal como es vista desde la evidencia de los sentidos —esto es, desde las apariencias—.

En este caso, el terreno de su razón esta en los cinco sentidos.

Es decir, razona desde la división externa que esta vuelta hacia la vida externa.

Por vida externa quiero decir la vida que se ve, se oye, se huele, se saborea y toca —la vida del mundo y de sus múltiples asuntos, la vida de las apariencias y de las cosas y gentes tal como parecen ser a los sentidos.

Todo ello, que a veces se llama el mundo fenoménico, constituye lo que la gente por lo general contempla comorealidad.

¿No creen acaso que no pueda haber otra realidad que la que es evidente a nuestros limitados cinco sentidos?

Si lo cree así, entonces su pensar es sensual y solo tiene una mente sensual.

Repito todo esto porque esta cuestión debe ser enfrentada por todos y se debe llegar a una conclusión definida —no una conclusión a regañadientes acompañada por un encogerse de hombros, sino una conclusión pensada, individual—.

Porque si usted contempla la realidad como algo confinado por los sentidos, la división media siempre buscará la verdad en la división externa, y razonará desde ella y nunca apelará a la división interna y descubrirá otra realidad y orden de verdad mas allá de los sentidos.

Será entonces “un hombre muerto”  o “una mujer muerta”, desde el punto de vista del Trabajo, por más inteligente y eficiente que sea.

A este respecto agregaré aquí que estamos rodeados por una escala descendente de vibraciones electromagnéticas, empezando por los rayos cósmicos, acerca de los cuales nuestros sentidos nada nos dicen, salvo para una pequeña octava para la cual tenemos un órgano-sentido y a la cual llamamos luz.

¿Me va a decir que algunas de las octavas inferiores de esas vibraciones electromagnéticas, que viajan a 300.000 kilómetros por segundo y en este momento atraviesan imperceptiblemente esta habitación, pudiendo transformarse en audibles vibraciones sonoras por la radio, no existen?

¿Puede tomar pues sus cinco sentidos como criterio de realidad?

Lo repito, ¿puede hacerlo? porque algunos de ustedes no quieren enfrentar esta conclusión y la evaden con inquietud y se mantienen con los pies aferrados a la tierra.

No me referiré a la invisibilidad del pensamiento y la conciencia.

COMPRENDER………

Pasaremos ahora a lo que puede denominarse el mayor problema de la enseñanza esotérica — a saber, la apertura de las divisiones interiores de los centros y formar con ellos una conjunción con las divisiones exteriores mediante una fuerte división media que puede mirar en ambas direcciones y COMPRENDER la verdad de un nivel inferior y la verdad de un nivel superior sin contemplarlas como contradicciones.

Solo mediante tal conjunción la división exterior con su pensar sensual y verdad sensual, llamados hechos, puede ser controlada y OCUPAR SU LUGAR CORRECTO en el esquema del posible desarrollo del Hombre.

Porque la división interior, vuelta hacia las vibraciones provenientes de los centros superiores, que son aberturas a los niveles superiores del rayo de la creación, está situada en un nivel superior a la división exterior vuelta a los cinco sentidos que se abren al mundo y sólo lo que está en un nivel superior puede controlar lo que está en un nivel inferior.

No se puede controlar al hombre natural, sensual, en uno mismo excepto por medio del hombre espiritual, desarrollado y no sensual.

La división media, que es la división racional o razonante, esta situada entre lo natural o exterior y lo espiritual o interior y puede conectarlos.

Como dije antes, empleo a sabiendas estos términos tomados de un antiguo sistema, en lugar de los términos de Trabajo, Motor (o Mecánico), Emocional e Intelectual.

Las tres divisiones de los centros pueden compararse a tres hombres que viven en tres cuartos en uno mismo.

Esos hombres tienen diferentes estaturas.

El primero vive en la división externa, que es el cuarto exterior y es el de más corta estatura, el segundo en la división media, que es el cuarto intermedio y el tercero en la división más interior que es el cuarto más interior —y es el más alto—.

Si el hombre que vive en el cuarto intermedio solo se une con el hombre exterior, no se tiene relación alguna con el hombre interior.

Asimismo, ya que los tres cuartos no están en el mismo piso sino uno encima del otro, si el hombre medio solo se une con el hombre externo, siempre mira hacia lo bajo.

Por otra parte, si se une con el hombre interior, mira hacia lo alto, o más bien intenta hacerlo —y desprecia las cosas de los sentidos—.

Si el hombre medio cree que debe hacer una cosa o la otra, es débil.

Si ocurre así con usted, luego tiene un medio-débil.

Si el hombre medio es fuerte, empero, no confunde la verdad científica con la psicológica.

Ve a cada una en su propia escala y no las lleva como opuestos a una colisión.

Ve al mismo tiempo los sentidos y la mente de los sentidos y sus significados y verdades, y ve más arriba la mente supra sensual, que recibe significados y verdades de otro orden de los centros superiores que están continuamente obrando en nosotros, pero que no podemos "oír".

De estas consideraciones es aparente que el científico extremado, que solo cree en las verdades de la ciencia y el religioso extremado, que contempla a la ciencia como la obra del diablo, están ambos equivocados.

Cada uno tiene un medio débil.

Cada cual solo mira en una sola dirección.

Cada uno desprecia al otro.

Cada cual es unilateral.

Uno de los objetos del Trabajo es unir la ciencia de occidente con la sabiduría de oriente.

De ahí que oriente no ha conocido desarrollo científico y occidente sabiduría alguna.

Ahora bien, este Trabajo no se basa en el pensar sensual.

No esta vuelto hacia esa dirección.

No trata de las cosas que se pueden percibir con los cinco sentidos.

No se lo puede pesar y medir o examinar con una lente de aumento o un microscopio.

Esta orientado hacia lo interior, hacia las partes interiores de los centros.

El orden de verdades que enseña no pertenece al mismo orden que la verdad científica.

No se refiere a los hechos de los sentidos.

Tienen que ver con los hechos de nuestro ser y con llevar esos hechos a la luz de la conciencia, lo cual conduce el cambio de ser.

El conocimiento científico no cambia el ser de un hombre.

El hombre cuyo ser es pobre, mezquino, desagradable, o definitivamente malo, el hombre que solo desea lograr el poder a toda costa sobre los otros y en quien el amor a dominar es el principal amor, puede lograr el conocimiento científico y emplearlo para la destrucción y no cambiará su ser en lo más mínimo.

Pero la observación de si, el recuerdo de si, el no identificarse y el no considerar pueden cambiar el ser de un hombre si se practican —junto con otras cosas que estudiamos en este Trabajo.

Maurice Nicoll


viernes, 2 de octubre de 2015

LA INTELIGENCIA DE LOS CENTROS

LA INTELIGENCIA DE LOS CENTROS

Esta noche les expondré algunas notas que he redactado sobre la inte­ligencia de los centros.

Algunos de ustedes recordarán lo que se dijo hace mucho sobre EL TRABAJO EQUIVOCADO DE LOS CENTROS en el Hombre.

Interfieren uno con otro,  emplean energías equivocadas, se ocupan de cosas equivocadas, etc.

El primer paso que hay que dar es observar los centros.

Esto es de hecho la primera cosa enseñada en la observación de sí.

Es preciso conocer en qué centro se está o qué centro está interfi­riendo, etc.

Esto ha de realizarse eventualmente como una tarea necesaria.

Es menester estudiar y clasificar y poner orden en la vida interior.

Todos relacionamos la inteligencia con la estimativa del significado.

La inteligencia se relaciona con el significado.

Conduce el significado.

Un sen­timiento tiene significado.

Un pensamiento tiene significado.

Una sensación tiene significado.

Un movimiento tiene significado.

Todos estos significados son diferentes.

Deseo que consideren esto: ¿acaso la inteligencia y el significado no están relacionados entre sí?

¿Y la inteligencia no implica una relación con algo a través del significado?

No veo muy bien cómo se puede ser inteligente en relación con nada o con lo que carece de significado.

Cada centro nos pone en relación de un modo diferente, a través de su función particular, con los mundos exterior e interior.

Respecto a lo que nos rela­ciona con el mundo exterior, la función del Centro Intelectual como pensa­miento, la del Centro Emocional como sentimiento, la del Centro Instintivo como sensación y la del Centro Motor como movimiento, son todas funciones por completo diferentes.

Son cuatro clases de inteligencia o CONDUCTORAS de significado.

Se ve una serpiente, se siente una serpiente, se piensa en una serpiente y se escapa a una serpiente.

Esto es sensación, emoción, pensa­miento y movimiento.

Esto son cuatro significados: cuatro inteligencias que trabajan conjuntamente.

¿Es posible imaginar la formación en nosotros de un centro carente de inteligencia?

Sería una extraña noción.

No estaría subordinada a propósito alguno.

Empero en nosotros hay centros, plenamente desarrollados, a los que no conocemos porque nuestro nivel de inteligencia es demasiado bajo para comprender la de ellos.

Cabe decir que en este caso no sirven a ningún propósito.

Esto sería cierto salvo por el hecho de que el Hombre fue creado como un ORGANISMO CAPAZ DE AUTO-DESARROLLO y cuyo crecimiento depende de que SE PONGA EN CONTACTO con las influencias que descienden por el Rayo de la Creación (dentro de él mismo) y se SEPARE de todas las formas de pensamiento y sentimiento que lo mantienen en su actual nivel.

Para que llegue a ser consciente en la inteligencia, digamos, del Centro Mental Superior, tendrían que penetrar en él formas de discernimiento, conocimiento y comprensión que son absolutamente extraordinarias y completamente contradictorias a lo que experimentamos comúnmente.

Ante todo es preciso preparar y desarrollar los centros inferiores, el intelectual, emocional y el motor-instintivo-sexual, durante mucho tiempo.

Por ejemplo, debemos aprender a pensar de un modo nuevo y a apartarnos de ciertas clases de emociones.

Conocen la observación que se hace en el Nuevo Testamento sobre la "sabiduría de este mundo que es insensatez para con Dios" (I Co. III 19), y que "el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura" (I Co. II 14).

Una inteligencia superior no es comprensible a una inteligencia inferior.

Lo superior puede comprender a lo inferior pero lo inferior no puede comprender a lo superior.

El Centro Mental Superior está en el nivel de la Inteligencia Divina del Sol y Trabaja con el Hidrógeno 6.

Reflexionen un momento sobre la Tabla de Hidrógenos.

¿Es más "inteligente" un Hidrógeno superior que uno inferior?

O, para enunciarlo diferentemente, una función como el pensamiento ¿trabaja mejor con un Hidrógeno inferior o con un Hidrógeno superior?

Trabajará mejor con un Hidrógeno superior —si puede resistirlo.

Además, si tomamos los Hidrógenos psíquicos, de los cuales el más bajo es 48, ¿creen que un centro que trabaja con este Hidrógeno será tan inteligente como aquel que trabaja con el Hidrógeno 24, mucho más fino, sutil y rápido?

Por cierto no.

Son Hidrógenos intermedios.

Haremos bien en ATRAER LOS MEJORES HIDRÓGENOS por medio de la no identificación, tratando de no extraviarnos y de no basar nuestra inteligencia únicamente sobre lo que nos muestran los sentidos.

Ser inteligente en sentido amplio consiste en buscar las influencias C.

Ser inteligente es comprender nuestra posición en esta tierra.

Ser inteligente es buscar la transformación del significado de la vida cotidiana en nosotros.

Todo esto nos lleva a un significado más elevado, acrecienta los mejores Hidrógenos en nosotros.

Ello tiene que ver con los diferentes aspectos del Recuerdo de Sí.

Todos tenemos centros dotados de inteligencia, pero cuando un hombre posee el Centro Magnético es más inteligente que aquél que no lo tiene.

Está en un diferente nivel de ser.

No le sorprenderá descubrir la existencia de las influencias C y que la vida no lleva a ningún lado.

Será mucho más inteligente que los estudiosos y los profesores.

Esto es lo que significa la inteligencia en el Trabajo —la posición de una cosa en la Escala de Ser, y las influencias a las cuales está sujeta en el Rayo.

Abordemos ahora la cuestión que se planteó recientemente.

La cuestión era: Se dice en el Trabajo que cada Centro tiene su propia inteligencia.

¿Qué significa ello en resumidas cuentas?

Cuando en este sistema se dice que cada centro tiene su propia inteligencia  no significa ello que cada centro tenga la misma clase de inteligencia.

El Trabajo enseña que los 3 centros son 3 mentes diferentes y a este respecto dice que estas 3 mentes diferentes han de cooperar y ayudarse recíprocamente.

Han de ser como 3 hermanos que viven en armonía, cada cual capaz de desempeñarse bien en una tarea, y cada uno capaz de ayudar a los otros hasta cierto punto.

Empezaremos tomando cada centro como un todo: el Intelectual, el Emocional, el Instintivo y el Motor.

Ante todo es preciso establecer para sí que esos centros tienen mentes muy diferentes.

La mente del Centro Intelectual es muy diferente de la mente del Centro Instintivo, por ejemplo.

El Centro Instintivo es extraordinariamente hábil.

Se ocupa del trabajo interior del organismo en todo su millón y un detalles, digiriendo el alimento, sanando las heridas, vigilando la temperatura, regulando la respiración y los latidos del corazón, y haciendo que la secreción interna de la glándulas trabaje armónicamente, reemplazando, rechazando, modificando, incrementando esto o aquello.

Todo este trabajo de regulación está más allá de la mente del Centro Intelectual.

La capacidad de pensar simultáneamente en todo no es una característica del Centro Intelectual.

La mente del Centro Intelectual piensa en una sola cosa a la vez y en el mejor de los casos en dos cosas, pero le es casi imposible pensar en tres cosas al mismo tiempo.

Además la mente del Centro Intelectual es muy diferente de la mente del Centro Emocional.

La gente suele decir que las emociones no son lógicas.

Sin embargo las emociones tienen su propia lógica y es cometer un error pensar que la lógica del Centro Intelectual es la única lógica posible.

Sentir una situación es una cosa muy diferente de pensar sobre ellas.

El Centro Emocional puede sentir, por ejemplo, el estado interior de la otra gente, que está oculto a la mente del Centro Intelectual.

Las emociones pueden ha­cernos conocer a los otros.

La mente del Centro Emocional hasta llega a ser clarividente.

Asimismo el Centro Motor tiene una mente que difiere de cualquiera de las otras.

Emite constantemente juicios de la clase más complicada que el Centro Intelectual está en la imposibilidad de hacer.

Es capaz de juzgar con exactitud de qué manera y con qué fuerza se ha de arrojar una piedra a un objeto distante.

Este es un cálculo inteligente.

Se puede sentir dicho cálculo como si corriese por nuestros músculos.

El cálculo intelectual es de una clase muy diferente y emplea los elementos del pensamiento intelectual, tales como palabras y cifras.

La inteligencia del Centro Motor, empero, no utiliza ni palabras ni números aun cuando sea capaz de calcular con la más exquisita precisión una complicada serie de movimientos que deben producir un resultado definido.

Maurice Nicoll